Una voz tronante y muchas más hacen eco y piden destituir a Peña Nieto
La destitución que muchos piden de Peña Nieto, sería contraproducente si antes no se modifica la Constitución para tal efecto. La inconveniencia de su destitución está en que el Congreso decidiría quien sería el sustituto, y porque no hay que olvidar que Manlio Fabio Beltrones, conocido como “Don Corleone” es quien controla la Cámara de Diputados.
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Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Hay una voz en México que truena y que le hacen eco millones de voces más. Recientemente esas voces han considerado que en necesario que Enrique Peña Nieto sea destituido del cargo de presidente de la república debido al clima de inestabilidad que se encuentra México en donde viven, gracias a este tipo de gobernantes corruptos e ineptos, más de 67 millones de mexicanos en la pobreza, 28 millones de ellos en la pobreza extrema y con déficit alimentario, a quienes por añadidura, la procuración de justicia les ha sido negada y la inseguridad les ahoga.
Esa voz es la de Andrés Manuel López Obrador, quien ganó dos veces las elecciones de la presidencia de la república y en ambas ocasiones le fue robada la presidencia; primera por Felipe Calderón impulsado directamente por la oligarquía y EEUU, y segunda por Enrique Peña Nieto, un monigote del grupo Atlacomulco en asociación perversa con la alta plutocracia nacional y la directriz de las trasnacionales en México, representadas por Claudio X. González de Kimberly Clark, Alberto Bailleres de PEÑOLES y Germán Larrea Mota-Velazco del Grupo Minero México.
Un grupo de juristas opina que habría que reformar la Constitución para que en el momento de la destitución de Peña Nieto, se pueda convocar a elecciones y que el pueblo decida quién será el próximo presidente, porque de no reformar la Constitución en este sentido, lo más probable es que sea El Congreso de la Unión quien designe al suplente, entonces el que prácticamente lo haría, sería Manlio Fabio Beltrones, conocido por sus malas artes como Don Corleone, de tal suerte que Peña Nieto sería sustituido por otro igual o peor que él.
En mi muy personal opinión, destituir a Peña Nieto y aún en el caso de que sea el pueblo quien decidiera quien sería el presidente sustituto, no beneficiaría el panorama político y atizaría la podredumbre gubernamental, ya que quien en realidad nos gobierna no es Peña Nieto sino una caterva de malhechores que se han enquistado en todas las instituciones –privadas y públicas- para que este desgarriate que ha deteriorado sobremanera la vida y la economía de los mexicanos, continúe favoreciendo a una pequeña casta de oligarcas y plutócratas nacionales y muy selecta lista de extranjeros y mexicanos ligados a las trasnacionales con presencia en México.
Para fortalecer esta hipótesis sobre la inconveniencia de dicha destitución presidencial, hay que recordar a un tipejo que fue nombrado -por quienes nos gobiernan tras bambalinas- Procurador de Justicia de la Nación, me refiero a Jesús Murillo Karam, un soberano inútil, procaz político y quien sobradamente demostró su ineptitud galopante y su agudo perfil corruptivo. Fue destituido por su malhadada forma de tratar de encubrir los crímenes de lesa humanidad perpetrados por el Estado Mexicano que implica ejército y PGR en los casos de Tlatlaya y los 43 de Ayotzinapa.
¿Qué se ganó en procuración de justicia con la destitución de Murillo Karam y el haberlo sustituido por alguien igual o peor que él?... ¡Nada!... por el contrario, se perdió el hilo de la información que oficialmente se acumuló para esclarecer dichos casos, y ahora con nuevos bríos, el gobierno de México ha echado mano de todos sus recursos para que los casos de Ayotzinapa y de Tlatlaya se difuminen en el tiempo y se les pueda dar carpetazo. Se ha movido tanto este gobierno para que se olviden esos crímenes de Estado, que la Iniciativa Privada en voz de quienes dirigen el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), La CONACAMIN y COPARMEX, al igual que el lengua larga de Vicente Fox le han pedido a los padres de los 43 de Ayotzinapa que ya le den vuelta a la página, porque la vida sigue y que acepten que solo hay una realidad, la de que los 43 ya están muertos… ¿y qué… que ya no se investigue la responsabilidad del ejército, de la policía federal y del Estado Mexicano?. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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